Entre los siglos XI y XIII, el arte románico experimentó un significativo auge en Europa Occidental. La sociedad feudal, dominada por un fuerte espíritu religioso debido al poder de la Iglesia, desarrolla una cultura básicamente religiosa, en la que el arte ocuparía un lugar muy relevante.
ARQUITECTURA
La construcción más importante la constituye la iglesia, que no sólo es un lugar de reunión del clero y la comunidad, sino que tiene otra función.
La arquitectura, por tanto, es el arte más destacado. La escultura y la pintura son su complemento. Esto sucede alrededor de monasterios y pueblos.
El monasterio es un núcleo religioso, económico y cultural. Es un dominio de la iglesia. Se puede dividir en dos partes: el terreno que genera ingresos a la comunidad religiosa y el monasterio donde vive la comunidad. Su iglesia es la parte más importante del monasterio. Un claustro, comedor, dormitorio, escritorio, trastero, bodega, etc. completar el complejo.
En las primeras ciudades medievales, que renacen con el comercio, también se refleja la influencia religiosa. Así tenemos que en el centro se construirán las primeras catedrales, símbolo del "reino de Dios". Los modestos recursos económicos de la sociedad feudal determinaron en gran medida la construcción de estas estructuras, tanto en términos de los materiales utilizados como de la forma externa creada por la estructura interna. La piedra fue el material base, aunque fue sustituida muchas veces por la mampostería.
Una iglesia típica de la época tenía planta cruciforme latina, con tres o cinco naves, una nave más ancha y capillas semicirculares en la parte superior (ábside). La nave principal se cubre con bóveda de cañón, las naves laterales tienen bóvedas de arista.
Como consecuencia de la cubierta abovedada, que descarga fuertes presiones sobre el muro de soporte, éste será grueso y con escasas ventanas. En el interior, la columna fue sustituida por una con base en forma de cruz.
El claustro es el lazo de unión entre la iglesia y el resto de construcciones. Es un patio porticado, lugar de recogimiento y de lectura, al que se abren las diversas dependencias del monasterio, refectorio, biblioteca, almacenes, etc. A los pies del templo se alzan las torres campanarios que contribuyen a dar una expresión ascensional del conjunto.
Es difícil tener una idea clara de la importancia de la arquitectura civil porque quedan muy pocas obras arquitectónicas. El castillo, residencia de la nobleza feudal, consta de dos partes: la destinada a habitaciones y la parte fortificada, cuya función es la defensa.
ESCULTURA
La escultura románica tiene dos aspectos: el del relieve y el de las estatuas, ambos con una función de complemento de la arquitectura y también como elemento decorativo.
El escultor de estilo romano se sometió a las exigencias de la función arquitectónica. Así, éstas se ajustarán, deformándose a veces, al espacio arquitectónico. Es por ello que el escultor no duda en variar los cánones o en imprimir movimiento a las figuras.
En la representación de las figuras domina una tendencia simbolista. De esta manera, Cristo se muestra crucificado rígidamente en la cruz, con los ojos bien abiertos, con un sacerdocio majestuoso.
En los capiteles del claustro se representan motivos geométricos, vegetales y animales reales como el león, o imaginarios, que a veces resultan verdaderos monstruos de la imaginación.
PINTURA
En el interior del templo la decoración es básicamente pictórica. Se pintan muros, bóvedas y tablas. Se trata de pintura mural al fresco. En el ábside, la visión apocalíptica de Pantocrator está representada dentro de una almendra mística y rodeada de símbolos de evangelistas, ángeles y santos. Como la escultura, se trata de una pintura eminentemente simbólica y decorativa.
La representación de imágenes tiende a ser esquemática y estilizada, enfatizando la majestuosidad religiosa.
El paisaje es poco importante, resaltando así el tema principal. A la vez, la línea negra que define las figuras completa esta visión.