El arte es la forma de expresión más perfecta que la humanidad ha alcanzado. Es un lenguaje que nos comunica algo acerca del universo, del hombre, el artista mismo.
Estas diversas expresiones forman parte del bagaje cultural de la civilización. No es un resultado derivado del progreso social, sino uno de los componentes iniciales en el proceso de formación social. Ninguna actividad humana es tan útil como el arte, y no ha sobrevivido nada del pasado que sea valioso para comprender la historia de las civilizaciones.
Cada cultura o civilización suele guiarse por normas estéticas que influyen en la producción artística.
Luego crea su propia estética, que está determinada por la clase dominante de la sociedad.
Sin embargo, en la historia del arte europeo los valores estéticos se han mantenido a lo largo de los siglos en base a dos criterios: el criterio de la perfección técnica, que obliga al artista a acercarse a la realidad, y el criterio de cierta sublimación de ésta. Realismo (clásicos griegos). La crisis de estos criterios se produjo a finales del siglo XIX, cuando los artistas rompieron con el arte de imitar la realidad y abrieron nuevos caminos, incursionando en el campo del arte-imaginación-creación.
En los resúmenes que siguen se ha intentado plasmar la interrelación existente entre los distintos momentos políticos y sociales, y las expresiones artísticas desarrolladas en esa misma época.